¿Cuál es el coste económico real de la guerra contra el terror para Estados Unidos? ¿Es esta guerra, iniciada hace una década, la causante de la crisis financiera que atraviesa el país?
Un informe elaborado por el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad neoyorquina de Brown estima que la factura de la invasión de Afganistán en 2001, la de Irak en 2003 y la ampliación de las operaciones militares en Pakistán asciende a cuatro billones de dólares.
Una de las coautoras del informe, Neta Crawford, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Boston, explica que el presupuesto votado por el Congreso no es más que “la punta del iceberg”. “Debajo, está el coste humano para los soldados estadounidenses, y aún más abajo, los contratistas que han sido asesinados. Muchos contratistas han muerto o han resultado heridos. En un nivel inferior, de lo que se habla raramente, están las víctimas civiles en Irak, Afganistán y Pakistán. Y todavía más abajo, están los costes de los veteranos, a largo plazo, y los costes de los civiles en esos países a largo plazo, durante los próximos 30 años”, señala.
El informe asegura que el coste de la guerra va a superar los cinco billones de dólares. La deuda pública aumenta, y así los tipos de interés, lo que repercute negativamente en las clases medias estadounidenses.
“Por cada millón de dólares gastado, el Pentágono crea unos ocho empleos. Dedicar ese dinero a la educación crearía 15 empleos directa e indirectamente. Consagrarlo a la Sanidad crearía 13 empleos directa e indirectamente. Hay un coste en términos de empleos en una economía que es muy débil”, dice Crawford.
Según revela una comisión de investigación del Congreso estadounidense, unos 30.000 millones de dólares de los contribuyentes han sido despilfarrados por el Pentágono, debido a una mala gestión y la falta de coordinación entre las diferentes agencias gubernamentales.
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