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Uy Festival

Este festival, organizado por la Corporación Latinoamericana Misión Rural, Pacifistas sin Fronteras, el Gimnasio Moderno, La Red de Editoriales Independientes y Beccasssino Publicidad, con el apoyo del Ministerio de Cultura ha buscado convertirse en un escenario de cuestionamiento crítico de la categoría del miedo, generando procesos de reflexión y análisis en torno a este sentimiento. Se hace necesario ver el miedo de forma analítica, en especial en el contexto colombiano actual, donde los ciudadanos debemos tomar nuestro pasado violento para construir un futuro que también genera pánico. En ediciones pasadas nos han ocupado temas como “los miedos de las mujeres”, “los miedos de la víctimas”, “los miedos en torno al sexo y la sexualidad”, entre otros miedos.

martes, 22 de noviembre de 2011

Conjurar el miedo




















Conjurar el miedo

Por: Ana María Cano Posada
tomado de http://www.elespectador.com/impreso/opinion/columna-309342-conjurar-el-miedo
El “Uy Festival”, cuyo tema fue el miedo. Coincidió con que el domingo anterior fueron las elecciones locales en las cuales el miedo pretendió ser el gran elector. Y por mérito propio en algunos territorios logró ser conjurado a partir del voto en blanco, o de elegir candidatos alternativos que no estaban aliados con el miedo como propagandista y manipulador.
Uy Festival, provocador como el miedo mismo, que aterra y fascina a la vez. Él es objeto de estudio para indagar su carácter contagioso y cómo bloquea los mecanismos racionales de respuesta. Una de las invitadas al festival, Karen Morón, argentina, corresponsal de guerra en el Golfo Pérsico, señala que el miedo es la ideología de nuestro tiempo. Es un método de control social y de dominación política. Ella sitúa en el terror del 11 de septiembre 2001 la fecha en que este mecanismo, que se desata en la parte todavía reptil del cerebro que conservamos los humanos, se inmiscuyó en todas las esferas sociales y personales, hasta disolver la racionalidad de sociedades que extienden un cheque en blanco a sus dirigentes por irracionales que sean.
Es una tarea pendiente desenmascarar el poder del miedo, sus eficientes mecanismos de parálisis social. El miedo manipula, es instrumento para apoderarse del otro y reducirlo. Este país ha vivido heredándolo de generación en generación, reproduciéndolo como amibiasis, como células cancerígenas, haciéndolo aceitado mecanismo de trasmisión. Pero la paradoja del miedo estuvo presente en el Uy Festival: también hay quienes se lucran de él.
No sólo existen quienes coartan a otros usando el miedo, también están los “usuarios” del miedo que explotan su condición de víctimas. Doblemente inmorales, porque pretenden actuar contra el miedo pero lo vuelven su carta de presentación, ofician de “perseguidos”. Un puñado de explotadores que aprovechan el miedo reinante para venderse como héroes que lo combaten. Una impostura.
Pero volviendo al Uy Festival, el miedo es un componente mayor de la experiencia humana. Dice Oraison que una definición de hombre es “el ser que tiene miedo” y se diferencia del animal porque, señala Caillois, éstos sólo tienen miedo de ser devorados, pero en cambio en los humanos el miedo es múltiple y siempre cambiante. Y más en estos tiempos en los que la incertidumbre hace que todo esté en juego y el miedo cotidiano sea componente de la vida. Maupassant lo describe como un espasmo horrible del pensamiento y del corazón.
Por supuesto se trata de algo más objetivo y concreto que la angustia, otro padecimiento difuso, nutrido por la imaginación, que también hace parte de nuestra condición contemporánea, pero que no logra conjurarse en concreto como el miedo, cuando se le comprende, cuando se reconoce, cuando se le encara. Como cuenta Jean Delumeau en El miedo en occidente, una tradición que por estar atada a la vergüenza, poco se habla de ella.

Indispensable hablar del miedo, como propuso el Uy Festival. Sentimiento natural que compartimos todos, su problema es cómo el miedo nos afecta o como puede ser usado por otros o por el poder para controlarnos, dice el organizador del Uy Festival, Guillermo Solarte, director de Pacifistas sin Fronteras. Ese miedo que conjuraron el domingo quienes se opusieron contra todo pronóstico a los que lo usan como arma de disuasión.

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